Tesla y el lado oscuro del Bitcoin: Cambio Climático

El fin de semana una pronunciación a través de Twitter hizo desplomar el valor de una de las criptomonedas más importantes. Elon Musk tuiteo “Para aclarar la especulación, Tesla no ha vendido ningún Bitcoin”.

Con este pequeño mensaje el fundador de Tesla daba continuación a sus comentarios de inicio de mes y hacía temblar el precio del Bitcoin al pronunciar que Tesla ya no aceptaría Bitcoin como forma de pago por autos eléctricos. Esta decisión y crítica se fundamentan en la creciente demanda de combustibles fósiles e impacto negativo en el medio ambiente de la minera, lo que generó más dudas sobre el futuro de la moneda virtual.

«Nos preocupa el uso cada vez mayor de combustibles fósiles para la minería y transacciones de bitcóins, especialmente el carbón, que tiene peores emisiones que cualquier combustible«, dijo Musk en otro tuit.

La minería o minado de bitcoins es una pelea de potencia informática, con máquinas y equipos devorando electricidad mientras compiten para realizar complejos cálculos computacionales y dar vida al futuro de las criptomonedas.

“La criptomoneda es una buena idea en muchos niveles y creemos que tiene un futuro prometedor, pero esto no puede tener un gran costo para el medio ambiente«, agrego Musk.

El Bitcoin se crea a través de computadoras de alta potencia que resuelven ecuaciones matemáticas complejas. Estas computadoras usan mucha electricidad de origen fósil. La postura de Tesla es un “ganar-ganar”, tanto para el clima como para la reputación ‘verde’ de la empresa. Al anunciar el cambio de sentido de Tesla en Bitcoin.

Un estudio reciente de Nature concluyó que las operaciones de Bitcoin en China están por generar un total aproximado de 130 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero para finales del 2024, está cantidad de contaminantes es mayor que la que representa la emisión por parte de la industria en Republica Checa. Actualmente ese consumo de energía de la minería de Bitcoin se estima en su máximo histórico, en 149 TWh.

«Si el bitcoin fuera un país, usaría la misma cantidad de electricidad por año que Suiza«, dicen los analistas de Deutsche Bank en una nota.

A modo de comparación, Google consumió 12.2 TWh en 2019, y todos los centros de datos del mundo, excepto los que extraen bitcóins, consumen juntos alrededor de 200 TWh, según George Kamiya, analista de la Agencia Internacional de Energía (AIE).

«La decisión de Tesla invita a una fuerte toma de conciencia a las empresas y consumidores que poseen Bitcoins y que anteriormente no habían prestado atención a la factura ecológica», dijo Laith Khalaf, analista de AJ Bell.

Esto muestra que la adopción a largo plazo de esta moneda por parte de empresas, consumidores e inversores es todavía muy incierta y que una de las mayores inquietudes para el mundo es y seguirá siendo el cómo generar nuevas tecnología y mejores procesos sin afectar al medio ambiente.

La medida de Tesla no solo ejerce presión sobre el uso y futuro de las criptomonedas, sino en la forma de lograr un nuevo futuro rodeado de una conciencia por parte de empresas y marcas para cuidar al planeta. Investigaciones demuestran que la mayoría de consumidores están dispuestos a abandonar marcas o a dejar de comprar a empresas que no toman enserio sus responsabilidades ambientales.