En México, las políticas publicas del gobierno actual no impulsan el crecimiento de las energías renovables. Sin embargo, las empresas están armando estrategias para alcanzar las metas de eficiencia energética y generación de energía limpia con esfuerzos propios.
Empresas y organismos privados establecen diversos programas y alianzas para crear sus propias políticas. La Comisión Nacional del Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) suscribió 14 acuerdos voluntarios sobre al ahorro del consumo energético con empresas del sector industrial mexicano, en este acuerdo la generación de energía con fuentes renovables esta destacada. Algunas de las empresas que lograron estos acuerdos voluntarios son Nestlé, Grupo Bimbo, Audi México, Bio Pappel Scribe, Cementos Fortaleza, Flex, Nemak, Vitro y Ternium.
Hablando de los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) los inversionistas de mercados bursátiles también los ven con buenos ojos, ya que las empresas que aplican estrategias de ESG generan valor en el mediano y largo plazo.
En la Bolsa Mexicana de Valores ya existe el índice “Total Mexico ESG Index” que incluye empresas con datos ambientales, sociales y de gobernanza; con el objetivo de alinear los valores corporativos con los de sus inversiones, este índice se actualiza cada año, y las empresas que lo integran registran mayor rentabilidad que otras.
Las políticas publicas de México deben de redirigirse para poder asegurar y mantener las condiciones en donde los humanos y la naturaleza puedan convivir de forma productiva, en lo que esto sucede, es nuestra tarea como sociedad y empresas el poder cumplir estos objetivos.
Las empresas de financiamiento alternativo están enfocadas en ofrecer modelos de financiamiento para la implementación de energías renovables en la industria. Esto incluye asesoría, ejecución, operación y mantenimiento. Éstas, en general, ofrecen la vía más sencilla para poder cumplir con los objetivos de sustentabilidad y de ESG.
