México no alcanzaría sus objetivos en materia de energía renovable debido a cambios normativos que desincentivan la generación renovable, según el regulador de la competencia Cofece.
Es probable que no se cumpla la meta establecida por ley de que el 35% de la generación total de energía provenga de fuentes limpias para 2024, advirtió Cofece en su informe trimestral al Congreso. La agencia prevé que México llegará a solo el 29,4% para ese año.
La generación de energía limpia en México es impulsada por generadoras privadas, principalmente eólicas y solares.
“Esta baja proyección es principalmente se debe al cambio drástico en la regulación secundaria emitida para el sector y su implementación desde el inicio del mandato del presidente López Obrador”, indicó Cofece.
Agregó que el análisis se basó en un escenario previo a la reforma del sector eléctrico, la cual restringiría aún más agresivamente la participación de las energías renovables no convencionales.
Según la reforma, las centrales de CFE tendrían prioridad de despacho antes que las fuentes renovables, aunque estas últimas tienen un costo marginal más bajo. Esto probablemente haría “que la brecha de incumplimiento [de los objetivos] sea aún más pronunciada”, advirtió Cofece.
“En lo relativo a la generación de electricidad, los objetivos de la política ambiental y los de competencia confluyen, ya que la competencia a través de la reducción de costos de generación motiva la instalación de proyectos de generación más eficientes, que coincidentemente, suelen ser aquellos basados en fuentes limpias”, agregó la agencia.
La nueva legislación, aprobada por el Congreso este año y apelada por actores del sector eléctrico, también reduciría el valor de los certificados de energía limpia (CEL) al habilitar a las plantas hidroeléctricas, nucleares y geotérmicas de CFE a obtenerlos.
Los CEL se crearon para reconocer el valor ambiental agregado de las energías renovables no convencionales.
Entre varios factores que limitarían la competencia en el mercado energético, Cofece señaló que nunca se completó la separación de CFE en subsidiarias independientes, por lo que la compañía aún está parcialmente integrada en términos operacionales y contables.
“Esto reduce los incentivos para que las distintas empresas de CFE sean más eficientes y productivas, al mismo tiempo que les permite financiar pérdidas entre ellas, dificultando la entrada y permanencia de otros competidores”, dijo Cofece.
“CFE utiliza los subsidios cruzados [entre sus subsidiarias] como una forma de no hacer los cambios que necesitan hacerse en algunas, especialmente en [la rama de comercialización] Suministro Básico”, dijo Oscar Ocampo, coordinador de energía del centro de estudios IMCO, en una entrevista reciente con BNamericas.
“Con esto la compañía puede seguir siendo financieramente viable sin hacer los cambios que hay que hacer. Puede que sea ineficiente, pero tiene recursos para ser una empresa viable. El problema con esto es que, al drenar las utilidades que legalmente le corresponden a distribución y transmisión, ese es un dinero que ya no se va a invertir en reforzar la red de transmisión ni en las redes generales de distribución”, explicó.
Según Cofece, el cambio que aplicó la Secretaría de Energía a las directrices de CFE en 2019 para facilitar la integración vertical entre subsidiarias ha agravado el problema. En respuesta, el regulador de energía CRE tuvo que establecer términos más claros y estrictos para separar la contabilidad de la operación de todas las subsidiarias de CFE.
